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El curioso arte de hacer jabón me esta dando una buena lección de vida. El seguir mi curiosidad.
Me encanta investigar e experimentar con diferentes mezclas de aceites, temperaturas y procesos para hacer jabón. La jabonería ha siempre estado presente en la historia de la humanidad. Aun en lo tiempos de mi abuela, no hace tantos años, la gente hacia su jabón en casa. Todas las grasas, animales y vegetales, se aprovechaban. Nada se desperdiciaba. La saponificación era parte del ritmo natural de un hogar. Este arte se ha perdido.
El Hacer jabón y otros productos de limpieza casera, debería de volver a los hogares, como parte en la búsqueda de un ambiente mas sano y respetuoso con el planeta y con el valor y apreciación de las cosas.
Como todo en la vida, la practica hace al maestro. Aun con mucho camino por delante, puedo ya sentir la lógica de los sutiles cambios que suceden dentro de una formula. Sé ya bien que aceites son los mas apropiadas para un determinado tipo de jabón y puedo empezar a adivinar como se van a comportar.
El color sigue siendo uno de los retos mas grandes. La uniformidad y la precisión también. Hacer jabón es un arte matemático. Se requiere precisión. La magia ocurre cuando todos los ingredientes están en la perfecta proporción, a la perfecta temperatura y la secuencia adecuada.
Como todo arte, su nobleza te permite ir avanzando poco a poco. Aprender a tu ritmo.
Además del infalible termómetro que no miente, puedo ya saber a simple vista cuando mi mezcla va bien. He descubierto que el aroma esta estrechamente relacionada a la temperatura en la que sucede la saponificación. Sé que a las flores y las hierbas no les gusta lo alcalino, que si las mezclas con el aceite antes macerándolas entonces si les gusta. Sé que el color de la mezcla nunca es el resultado final. Que las mezclas mas calientes solidifican mas rápido. Que si no esta lo suficientemente caliente no saponifica.
Hay una sutil línea entre el demasiado frío y demasiado caliente. Justo en medio de ella yace el jabón perfecto. El reto es que esta línea cambia a según de los ingredientes utilizados.
Extiendo esta curiosidad hacia todos los ámbitos de mi vida. Cuando algo me llama la atención y despierta mi curiosidad, conscientemente elijo seguir este nuevo llamado que toca a mi puerta.
Todo en la vida es un proceso modificable. Un proceso eterno de observación y cambio. Justo como hacer jabón.
Experimentar, usar, sacar conclusión y repetir, una y otra vez. Usar, usar, usar hasta que sean perfectos.
Aromavive México 